Desde su llegada a Ribera del Duero, Peter Sisseck se dio cuenta rápidamente de que esta región no solo tenía una historia profunda, sino también un gran potencial para producir vinos excepcionales.
Esto lo llevó a fundar Pingus.
El enólogo ha comentado que el lanzamiento de la primera cosecha atrajo una atención considerable y generó una presión abrumadora, que él mismo califica casi como una “maldición”, dado el nivel de expectativas que desde el principio se había creado.
El inicio de una pasión
Lo que comenzó como una curiosidad inocente pronto se transformó en un viaje apasionante.
Sisseck, originario de Dinamarca y en aquel entonces trabajando en Hacienda Monasterio, observó las viejas viñas de la región y sintió que era momento de crear un vino verdaderamente representativo de su suelo y su herencia.
Su visión era clara: producir un “vino de viñedo” auténtico que reflejara la singularidad de Ribera del Duero.
Un referente en el mundo del vino
La evolución de Pingus ha sido, sin duda, un testimonio de la complejidad y riqueza que se encuentran en esta tierra, llevándolo a convertirse en un referente dentro del mundo vinícola español.
Source: Decanter